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miércoles, 2 de diciembre de 2020

PATRICIA.

                                                                    PATRICIA


Hace ya tres años desde que los conocí, tres años desde que le conocí. 

Estaba de turno en el hospital cuando ella llegó prácticamente muerta, él totalmente fuera de sí, solo gritaba a la vez que lloraba, no paraba de correr y de golpear todo lo que estuviera a su alcance, conseguí calmarle. 

Se pasaba día y noche junto a ella, esperando que despertase, no se movía ni para comer, me llegó al alma. 

Con el paso del tiempo me fui acercando a él me recordaba tanto a mi hermano Jesús, él también es un ex drogadicto. 

El día que Ana despertó del coma, me partió el corazón la reacción de ella al no reconocer a Pablo, la reacción de él al ver lo que había provocado. Cuando me enteré bien de toda la situación me ofrecí a ser yo quien estuviera a cargo de Ana, entre Pablo y yo podríamos ocuparnos de ella, pensamos que poco a poco conseguiríamos que fuera mejorando y eso parecía. 

El día antes del accidente de Pablo, discutimos, todo empezó cuando Ana apareció y acariciándose el vientre nos dijo que necesitaba descansar, que el bebé lo necesitaba, le pregunté a Pablo de que estaba hablando y él me dijo que esa mañana ella había amanecido así y no pudo decirle que no era cierto, no tuvo el valor. 

Me enfadé, me enfadé muchísimo y no entendía por qué, comencé a gritarle a decirle que no era posible, cuando me di cuenta estaba profundamente sumida en un beso tan apasionado como doloroso, tan bonito como triste, tuve que apartarme de un golpe seco o me hubiera quedado ahí para siempre.

 La discusión termino ahí en ese preciso momento, nuestras miradas se encontraron y salí por la puerta sin mirar atrás. 

Al día siguiente era mi turno para cuidar a Ana, pero mi mente no me dejaba, me había enamorado de Pablo, sin embargo, no podía hacerle esto a ella, pensé que lo mejor sería irme unos días de viaje, por lo que preparé las cosas y me fui rumbo a la estación, allí me encontré con Ana, y el resto de la historia, el resto… ya lo conocéis


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